jueves, 13 de julio de 2017

De maravilla

La vida no es en sí ni un bien ni un mal, sino el lugar del bien o del mal, según que el hombre practique lo uno o lo otro.
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Frases Célebres y ...
sus Autores

"La vida está en constante movimiento" dijo
Parkinson

"No hay nada tan importante que no podamos olvidar" dijo
Alzheimer

"Mi vida está llena de aspiraciones" dijo
Un asmático.

"Vayamos al grano"
Dijo el dermatólogo

"¡No a la donación de órganos!"
Dijo el gerente de Yamaha Instruments

"Mi esposa tiene un gran físico" dijo
Albert Einstein

"Nunca pude estudiar Derecho"
Dijo El Jorobado de Notre Dame

"Creo en la reencarnación"
Dijo La uña

"Me gusta la humanidad"
Dijo Un caníbal

"Estoy rodeado de animales"
Dijo Noé

"Eres la Única mujer en mi vida"
Dijo Adán

"Estoy en cinta"
Dijo Scotch

"Mi novia es una perra"
Dijo Pluto

"Nosotras apoyamos la liberación femenina"
Dijeron Todas las presas en la cárcel de mujeres

"¡Estoy hecha una vaca!"
Dijo Un toro gay

"Es mejor dar que recibir" dijo
Un boxeador

"A mí lo que me revienta son los camiones"
Dijo Un sapo

"¡Oprimiré a los grandes! ¡Ayudaré a los chicos! y, ¡levantaré a los caídos!
Atte El brassiere
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Un anciano y una anciana se conocen en una fiesta para la tercera edad.
Después de charlar un rato, deciden ir a un lugar más tranquilo, estacionan el vehículo y hacen el amor.
Finalizado el acto y mientras volvían, el anciano iba pensando: 
De haber sabido que era virgen me la hubiera llevado a un lugar más cómodo.
La anciana por su parte sentada en el asiento del copiloto pensaba:
De haber sabido que se le paraba, me hubiese quitado el calzón.
Jajajaja 😂😂😂😂😂
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Cuidado no nos pase lo de Don Pancho

Resulta que Don Pancho se encontraba bien de salud, hasta que un día su mujer, a instancias de una amiga, le planteó:

-Pancho, ya vas a cumplir 68 años, es tiempo de que te hagas una revisión médica.
-¿Y para qué? si me siento muy bien-

-Por prevención, ahora cuando todavía te sientes joven-, contestó su esposa.

Así que Pancho fue a consultar al médico, quien con buen criterio, le mandó hacer exámenes y análisis de todo.

A los quince días el doctor le dijo que estaba bastante bien, pero que había algunos valores en los estudios que había que mejorar.

Entonces le recetó Atorvastatina en grageas para el colesterol, Losartán para la hipertensión, Metformina para prevenir la diabetes y Loratadina para la alergia.

Como los medicamentos eran muchos y había que proteger el estómago, le indicó Omeprazol y Diurético para evitar edemas.

Pancho, fue a la farmacia y se gastó en medicamentos una parte importante de su jubilación.

Al tiempo, como no lograba recordar si las pastillas verdes para la alergia, las debía tomar antes o después de las cápsulas para el estómago, y si las amarillas para el corazón, iban durante o al terminar las comidas, volvió al médico...

Éste, luego de hacerle un pequeño fixture con las ingestas, lo notó un poco tenso y algo contracturado, por lo que le agregó  Alprazolam y Sucedal para dormir.

Don Pancho, en lugar de estar mejor, cada día estaba peor.

Tenía todos los remedios en el aparador de la cocina y casi no salía de su casa, porque no pasaba momento en que no tuviera que tomar alguna pastilla.

Con tan mala suerte que a los pocos días Pancho se resfrió y su mujer lo hizo acostar, pero esta vez, además del té de menta con canela, limón y miel, llamó al médico. 

Éste le dijo que no era nada, pero por prevención le recetó Tabsín cada 12 hrs y Sanigrip con Efedrina. Como empezó con taquicardia, el doctor le agregó Atenolol y un antibiótico, Amoxicilina de 1 gr. cada 12 horas por 10 días. Al cabo le salieron hongos y herpes y entonces le agregó Fluconazol con Zovirax.

Para colmo, Pancho se puso a leer los prospectos de todos los medicamentos que tomaba y así se enteró de las contraindicaciones, las advertencias, las precauciones, las reacciones adversas, los efectos colaterales y las interacciones médicas.

Todo lo que leía eran cosas terribles. No sólo podía morir, sino que además podía tener arritmias ventriculares, úlceras, sangrado anormal, náuseas, hipertensión, insuficiencia renal, parálisis, cólicos abdominales, alteraciones mentales y una lista larga de más cosas espantosas.

Asustadísimo, Pancho llamó al médico, quien al verlo trató de tranquilizarlo asegurándole que no tenía que hacer caso de esa información que los laboratorios ponen nomás por poner.

-Tranquilo, Don Pancho, -no se alarme- le dijo el médico, mientras le hacía una nueva receta con Rivotril, un antidepresivo, más Sertralina de 100 mgs. Y como le habían empezado a doler las articulaciones le añadió Diclofenaco.

Por ese tiempo, cada vez que Pancho cobraba la jubilación, más de la mitad se le iba a la farmacia.

Tan mal se había puesto, que un día, haciéndole caso a los prospecto de los remedios, se murió.

Al entierro fueron todos, pero el que más lloraba era el farmacéutico.

Aún hoy, su esposa afirma que menos mal que lo mandó al médico a tiempo, porque si no, seguro que se hubiese muerto antes.

Este mensaje está dedicado a todas mis amistades, ya sean médicos o pacientes..

Ah, si Pancho simplemente hubiese seguido comiendo  conejo, pollo sin piel, lechugas,  aceite de oliva, frutas, verduras de todos colores, sal en grano, nada de azúcar, una copita de vino tinto y caminando treinta minutos diarios, toda via estaría vivito.

Si tú dices que estás enfermo ¡te enfermas! Si tú dices que estás bien ¡te sentirás de maravilla!*

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